sábado, 12 de enero de 2013

Sahel: el Afganistán africano


Poco se ha publicado en los medios sobre el Sahel ("SaJel", con "J" de "Sahara"), aunque ahora espero que le prestemos algo más de atención con la que está al caer.
Si algo está claro es que el Sahel es el caldo de cultivo perfecto para el afloramiento y arraigo de grupos terroristas; ese enemigo al que las potencias occidentales declararon la guerra después de 2001. Cuando ya nos la tenían jurada por causas que no suelen detallar los informativos del medio día.

La pobreza en esos países está ciertamente desatendida pese a la constante ayuda humanitaria mal gestionada. Esa zona concreta de África ha estado envuelta en docenas de conflictos durante las últimas décadas, incluyendo guerras civiles y desastres humanitarios de cuyo estudio se encarga actualmente un determinado número de organismos europeos. La Justicia europea, al menos, parece estar haciendo bien su trabajo.

La inestabilidad política de determinados países del Sahel acepta o tolera la presencia de grupos yihadistas en algunas zonas concretas, lo cual empeora aun más la situación de inestabilidad interna. Ni decir tiene lo que esto supone para la población civil.
El control de las fronteras en países como Mali es prácticamente inexistente. Sin contar la corrupción política y la descordinación de las fuerzas del órden. Por este motivo se ha constatado la entrada y salida de milicias de todos los colores e ideologías sin que ningún tipo de autoridad pudiese hacer nada para evitarlo.
Los escasos esfuerzos del ejercito nacional y las sucesivas coaliciones africanas poco o nada pueden hacer debido a la amplia extensión de terreno que deben cubrir en jeep. Si hay suerte y hay 4x4 en el "cuartelillo". Sin contar con lo escurridizos que pueden ser estos grupos. Esto hace que las patruyas y los combates sean más difíciles de lo que pueda parecer. Cuando estos se suceden, suelen estar potivados por que alguien trata de cruzar la frontera con determinadas mercancías peligrosas para la seguridad colectiva. Dar el alto a algún grupo sospechoso y armado supone una odisea puesto que allí, como aquí, ningún ciudadano quiere morir en vano por una causa que se sabe, está más que perdida.

Todos estos datos pasarían desapercibidos para nosotros, civiles europeos de camisas limpias, que poco nos importan estos asuntos hasta que muere (o es secuestrado) algún paisano o cooperante nuestro. Entonces es cuando comenzamos a preocuparnos por el asunto; cuando vemos las orejas al lobo.
Así de humanitarios somos en casa.

Parece que no nos hemos percatado de que hasta la década de los 60 algunos de estos países no obtuvieron su independencia total, tras un periodo largo y sangriento de descolonización.
Pensando fríamente, también es verdad que han tenido tiempo de sobra para procurar su estabilización, seamos serios. Pero como siempre pasa, la lucha por el poder político supone un impedimento al desarrollo. Aquí y en la conchinchina.
En los tiempos de las colonias la metropoli de turno era Francia, para variar. Tal vez no la Francia de Hollande, pero sí una Francia más imperialista que la que nos toca vivir hoy día, ocupada en expoliar unos recursos más que apetecibles para las economías y mercados europeos.
Era lógico que esos ricos países supusiesen un objetivo económico previo al gas y al oro negro, de ahí el problema del que adolece gran parte de África. Pero no se lo tengamos en cuenta, por favor, seamos magnánimos con los gabachos. Al fin y al cabo a día de hoy están pagando nuestros excesos económicos...

Punto y a parte, en Somalía, país considerado por la doctrina como un "estado fallido", las cosas son bien distintas. Los secuestros y la piratería de Al-Shabbaabb al-Muyahidín ("la juventud muyahidín") están a la orden del día, aunque llevan bastantes años pasando desapercibidos a pesar de su creciente número. De hecho, sin "Black Hawk derribado", el Alakrana y otros casos análogos, tampoco nos hubiera importado mucho el Cuerno de África a los "demócratas" españoles, tan comprometidos con el Tercer Mundo como decimos ser.
En este país, he de aclarar, te matan por unas zapatillas o por una gallina que no esté en los huesos. Todo sea dicho, en palabras de un pirata secuestrador: "Aquí no hay enfermos, los tiramos al mar".
Su organización social es un sistema puramente tribal donde los ancianos ostentan el poder decisorio al tiempo que, como religión, se versiona un Islam a convenir por la localidad, con tendencia a radicalizarse contra el extranjero. Un Islam que nada tiene que ver con los chiíes y suníes a los que estamos acostumbrados, sino más bien un Islam más local, influenciado por el fanatismo que viene del norte. Allí, queridos lectores, es donde nuestros atuneros echan las redes y nuestros marineros se juegan la vida.

Pero volviendo al Sahel ¿qué demonios se nos ha perdido allí? A nosotros, obviamente nada. A los franceses, su poder colonial y un buen puñado de coltán, claro está.
La excusa, como siempre, es llevar la paz y la estabilidad a unos países donde la mano de obra y los recursos son, como he dicho antes, un goloso caramelo. Pero seamos crédulos y pensemos que la buena fe internacional empuja a los estados europeos a estabilizar zonas conflictivas como esa, vale. ¿Por qué no se crea entonces un comisionado en el Consejo de Seguridad que avale una misión conjunta entre la UNESCO y la OTAN? ¿Por qué tienen que ser los estados los que particularmente opten si ayudan al Sahel o no? ¿Es esa la voluntad de "estabilizar"?

A tenor del infructuoso rescate, o mejor, del "intento de rescate" de las últimas 24 horas, creo que está todo muy claro para el que lo sepa ver:
Una operación de tal magnitud llevada a cabo por la élite militar francesa después de tres largos años de secuestro (que se dice pronto). Un despliegue de medios que supera ampliamente la capacidad logística y de fuego de los harapientos somalíes. La posibilidad de pactar el pago del secuestro y luego arrasar con todo (cosa que ya hicieron anteriormente en otro rescate). El permiso firmado de los altos mandos europeos que avalan cualquier intervención rápida de rescate. Un servicio secreto más que eficiente... ¿Y aún así fallan el maldito rescate? Yo, señores míos, no me lo trago.

En Francia, por ende, aumenta la alerta antiterrorista dentro y fuera de su territorio. Incluyendo sus embajadas en países de África y Oriente Medio. Países donde los intereses "occidentales" son vulnerables al ataque coordinado de organizaciones yihadistas internacionales, cuyo nombre no diré aquí, por si acaso.

En fin, viendo cómo esta operación apesta a mentira, parece ser que hace falta sacrificar a 2 soldados (sin contar con el secuestrado, cuyo cadaver aún no se ha mostrado a los medios como suele hacerse), para justificar una intervención militar en Mali, corazón del Sahel, desde donde organizar la "reestructuración" prometida. Deberían preguntar a los americanos, que de eso saben bastante. Aunque supongo que aquí hacemos las cosas mejor y no soltamos el clásico royo de que vamos a ir a "democratizar" otros pueblos. Que ya sería lo último.
No hay duda de que comienza otra guerra en la que Europa se verá involucrada, lo quiera o no, por la voluntad de un puñado de políticos ineptos que no saben ni sujetar un fusil ni les importan los pobres negritos del Sahel, por los que varios de nuestros soldados van a perder sus vidas.

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